La Comisión Europea acusa a Deutsche Bank y Rabobank de infringir las normas antimonopolio de la UE al confabularse para distorsionar la competencia cuando comerciaban con títulos soberanos. A la Comisión Europea le preocupa que, entre 2005 y 2016, los dos bancos, a través de algunos de sus operadores, intercambiaron información comercial confidencial y coordinaron sus estrategias de fijación de precios al negociar estos bonos en el mercado secundario del Espacio Económico Europeo (EEE).
Estos intercambios habrían tenido lugar principalmente a través de correos electrónicos y chats.