En 2019, la escritora Emma Becker lanzó una bomba de relojería en forma de libro. Se llamaba La Maison, y contaba su historia cuando decidió trabajar, por voluntad propia, en dos prostíbulos de Berlín. Su idea era escribir una novela sobre las trabajadoras sexuales, pero también sobre el deseo femenino y los tabúes en torno a ello. Decidió, de forma radical, convertir su obra en un ejercicio de autoficción y contar lo que ella vería y viviría en su propio cuerpo. Lo que originalmente iban a ser dos semanas, terminaron por ser dos años.