Fue sin duda una de las relaciones entre escritores más fructíferas y enriquecedoras para la literatura del siglo XIX no solo española, sino europea. El idilio amoroso entre Emilia Pardo Bazán y Benito Pérez Galdós se prolongó durante tres años, entre 1888 y 1891, pero su amistad duró décadas. Espíritus independientes y libres, ambos se pusieron el mundo por montera y rompieron prejuicios sociales de la época. Pardo Bazán (A Coruña, 1851-Madrid, 1921) se había separado de su marido, el abogado José Antonio de Quiroga, con el que tuvo tres hijos; mientras Pérez Galdós (Las Palmas, 1843-Madrid, 1920) tuvo varias parejas, pero se mantuvo soltero y vivió en Madrid con sus hermanas.