El año pasado Javier Arrés tenía 300 euros en la cuenta. Había currado como camarero una década antes de poder dedicarse a trabajar como ilustrador para cabeceras de todo el mundo y vender alguna obra en ferias de arte de Londres. Ahora en su cuenta hay unos 900.000 euros, que es la cifra que ha facturado este granadino de 38 años en 2021, gracias al criptoarte. Desde su primera subasta de arte digital, hace seis meses, en la que ganó 20.000 euros –"el sueldo de un año"–, ha entrado en el primer mundo de la dignidad.
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