Los camiones cargan en fincas hortofrutícolas de Marruecos judías, tomates o calabacines. Pasan por la aduana del puerto de Algeciras, a veces por Motril, y llegan a las naves de Almería. Allí, a escondidas, se cambian de caja los alimentos y se etiquetan como producidos en España. Este sería el modus operandi de varias empresas que han sido expedientadas por la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía. Concretamente, la comunidad autónoma está investigando a seis empresas comercializadoras, cuyo nombre no se ha hecho público, que habrían usado ese sistema que les abarata costes y supone un fraude al consumidor, que las paga a precio español pero sin que haya sido producida con los estándares de la Unión Europea.