La paralización de toda actividad económica no esencial para frenar al COVID-19 ha llevado a sectores inicialmente no afectados, como la construcción, a parar durante dos semanas, lo que hace temer que se agravarán sus pérdidas, mientras que otras industrias, aunque pueden continuar con la actividad, ven ésta muy mermada por el parón en este sector y en la automoción.
El Gobierno decidió proceder a una hibernación de las actividades no esenciales, durante dos semanas, para parar la extensión de la pandemia en el país, y ya se ha cumplido la primera.
El sector de la construcción, que inicialmente no se vio afectado por las primeras restricciones del Gobierno, teme un aumento de las pérdidas económicas y el desempleo con una medida que afecta al mes a 1,8 millones de trabajadores directos y otro medio millón indirectos, según la patronal de las constructoras y concesionarias de infraestructuras (Seopan).
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