El juicio del impeachment a Donald Trump ya ha comenzado y la defensa del presidente se parece mucho al propio presidente: exagerada, victimista, demagógica, llena de falsedades... y probablemente efectiva. El objetivo ya va más allá de convencer al Senado de que no le declare culpable y le quite el cargo, eso ya está conseguido. Ahora el verdadero jurado son unos 250 millones de estadounidenses con derecho a voto en las elecciones presidenciales del próximo noviembre. Tal vez por eso los escritos y alegatos de sus abogados parecen más una colección de eslóganes que una defensa legal. Estas son sus líneas fundamentales.
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