La gracia del sistema acordado por los 27 era que no hubiera una pelea entre los 27. Que no hubiera juegos del hambre con las vacunas. Pero la pelea ya se está desatando ante los problemas de AstraZeneca, la gravedad de la crisis económica y sanitaria y las dificultades para vacunar al ritmo de países como Reino Unido o Estados Unidos. Y, precisamente, quienes están desatando la pelea son aquellos que en su momento se saltaron el elemento clave de la compra colectiva por parte de la Comisión Europea y los Estados miembros: la equidad a través del prorrateo de dosis en función de la población de cada país.
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