"No me puedo creer que lleve casi un año sin entrar a un cine", dice un espectador mientras busca su asiento antes de que empiece la película. La sala está agotada, que no llena, ya que en Nueva York solo se puede vender el 40% de las entradas.
En AMC, la cadena de cine más grande del mundo, la mascarilla es obligatoria, pero está permitido quitársela para comer o beber. Esto se traduce en que si un cliente compra el tamaño grande de palomitas y bebida puede estar toda la película sin hacer uso de ella.