Trabajo en una clínica en Shinkafi, al noroeste de Nigeria. Soy el responsable de garantizar que no haya contagios de COVID-19 dentro de ella. Hasta ahora, lo hemos conseguido. Todos los pacientes son examinados y sometidos a pruebas, y hemos detectado bastantes casos. Me preocupa acabar contagiado, pero tenemos suficiente equipo de protección en nuestro hospital. La situación es diferente en los centros de salud estatales de Nigeria. Allí, a día de hoy, el personal no tiene suficientes mascarillas y, a veces, ni siquiera cuenta con guantes.
En Nigeria, si llegas como posible paciente de COVID-19 a la zona de ingresos de un hospital estatal, no te atienden de inmediato.
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