Un cargamento de 492 teléfonos llegó esta misma tarde a la casa de Ignacio Ibáñez, un madrileño que lleva días trabajando en una iniciativa para hacérselos llegar a pacientes de coronavirus aislados en hospitales. "Mi mujer es sanitaria en un hospital de Madrid. Hablando con ella me explicó que uno de los principales problemas es que la gente está sola", cuenta. "En algunos centros no hay visitas. Los que ingresan, están solos. Y si mueren, mueren solos".
Días atrás, la cirujana Cristina Marín, trabajadora en el Hospital de La Princesa, había enviado un audio a su familia proponiendo el envío de cartas de ánimo a los pacientes. Marín detectó el mismo problema que él.