La población italiana ya sabía desde hace días que este 3 de abril, la fecha que en un principio se había marcado en el calendario, no iba a poder salir a la calle, ir a trabajar o moverse con normalidad. Pero la prórroga no se hizo oficial hasta este miércoles, cuando el Gobierno prolongó en un decreto todas las restricciones adoptadas para contener la epidemia de coronavirus, incluidos el confinamiento impuesto a todos los ciudadanos el 10 de marzo y el cierre de las actividades económicas no esenciales. La gente tendrá que quedarse en casa, como mínimo, hasta el 13 de abril.