El peronista Alberto Fernández, que asumirá la Presidencia de Argentina el próximo martes, deberá enfrentar un complicado escenario económico marcado por la elevada deuda pública, una frágil moneda nacional, la subida constante de los precios y la escalada del desempleo y los niveles de pobreza.
Los cuatro años del conservador Mauricio Macri en la Casa Rosada, un paréntesis entre Gobiernos peronistas -el de Cristina Fernández (2007-2015) y el que iniciará Alberto- quedaron teñidos por un recesión que aún continúa y que se originó en abril de 2018, cuando una abrupta fuga de capitales y la sequía que afectó a la producción agropecuaria llevaron a pedir un millonario rescate al Fondo Monetario Internacional (FMI).
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