La simple mención del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Latinoamérica provoca temor y suspicacia, de ahí que el regreso de la institución a la región con sus programas de austeridad en Ecuador y Argentina, y pese a sus promesas de cambio, ha hecho resurgir los fantasmas.
LA AUSTERIDAD COMO MEDICINA
En abril, poco después de ratificar ambos rescates, la entonces directora gerente del Fondo, Christine Lagarde, aseguraba con una sonrisa en entrevista con Efe que la institución ya no es el "monstruo" que se veía en Latinoamérica hace dos décadas y recalcaba que había cambiado "enormemente".
"No se debe mirar al pasado, miren a lo que ofrecemos ahora.