Ni Jordi Évole ni C. Tangana. La auténtica estrella del Festival de San Sebastián llegó el último día. Víctor Erice entró en la sala de prensa como solo lo hacen las rock stars. Con gafas de sol. Señalándose su camiseta de los hermanos Lumière y ante una atronadora ovación. La más sonada del Zinemaldia. La más merecida. El cineasta, que estrena este viernes su última película Cerrar los ojos, recogerá de manos de Ana Torrent el premio Donostia. Lo hará en el mismo sitio donde hace 50 años ganó la Concha de Oro por El espíritu de la colmena, la obra de arte que le encumbró y escribió su nombre en los libros de historia.