En el interior de la vitrina se muestra un espejo con una moldura de porcelana de floripondios azules y angelotes tiernos, que miran hacia el reflejo. El par de seres alados invitan a asomarse al otro lado, a cruzar a una dimensión sin escapatoria: el mundo cursi. La cursilería es desubicación de clase. De clase media, concretamente, por desear moverse desde las inferiores a las superiores y dejarse la dignidad en el camino. La cursilería asume modas de las clases altas para aparentar algo que no es propio y que no se puede pagar.