Emily Ratajkowski publicó hace dos años en el medio The Cut un ensayo titulado Buying Myself Back, o Comprándome de vuelta. En él, contaba cómo había adquirido por 80.000 dólares un cuadro que consistía en una fotografía tomada de su Instagram, impresa a tamaño real y comentada por un hombre: el artista. La imagen pertenecía a su primera aparición en la revista Sports Illustrated. "Odiaba la mayoría de las fotos de esa sesión porque no parecía yo misma", admite. Lo compró a medias con su expareja, por deseo de él y para evitarle un destino parecido al de otra "obra" de la misma colección: la pared principal del salón del artista.
Leer más: Emily Ratajkowski y las contradicciones intelectuales de capitalizar un físico