Hubo un tiempo, cuando vivía en Madrid, que me iba a dormir a los cines de sesión continua, holgazaneaba por las calles y siempre cargaba un libro en el bolsillo. Algo que ahora sería impensable.
Porque los cines de sesión continua han desaparecido y los libros de bolsillo ya no caben en los bolsillos; a no ser, claro está, que te gastes pantalones de rapero al estilo de ToteKing. Y todo esto viene a cuento porque acabo de leer los ensayos de Enrique Vila-Matas que la editorial Debolsillo ha vuelto a reimprimir con el título de Una vida absolutamente maravillosa.