Es habitual que para comprar una vivienda, un coche o algunos de los electrodomésticos más caros que una persona o una familia tenga que acudir a los préstamos para pagarlos a plazos. Sin embargo, un ciudadano francés, por ejemplo, y uno español afrontarán costes diferentes para devolver estos créditos a las entidades que se los concedan. Y el que saldrá más perjudicado será el segundo.
Así lo muestran las estadísticas del Banco Central Europeo (BCE), en las que se concluye que tanto en las hipotecas como en los préstamos al consumo, los españoles pagan intereses por encima de la media de la zona euro.