El gran aumento del salario mínimo interprofesional (SMI) hasta los 900 euros, del 22,3%, dio lugar a muchos titulares sobre su posible efecto en el empleo. El Banco de España realizó una primera estimación de pérdida neta de unos 125.000 empleos ese año, que estaba a la espera de un análisis más en profundidad, que ha publicado este martes. La conclusiones del organismo regulador apuntan a un efecto negativo reducido respecto al total de 15,7 millones de asalariados, de entre el 0,6% al 1,1%, que se traducen en unos 94.200 a 172.700 empleos menos en 2019.