Centenares de ciclistas vestidos de rojo, en representación de la sangre de las minorías derramada en las calles de Estados Unidos debido al racismo y la brutalidad policial, tomaron este sábado los sitios más icónicos de Nueva York, gritando a todo pulmón, "Sin justicia no hay paz". Los manifestantes gritaban también los nombres de las últimas personas que han fallecido a manos de la Policía, como Daunte Wrigh, afroamericano de 20 años que murió tras ser disparado por una agente que confundió su pistola con la pistola taser, o Adam Toledo, un latino de 13 años que murió con las manos en alto y desarmado.