Si alguien pensaba que la guerra de los cielos entre la Unión Europea y Alexander Lukashenko por el secuestro del avión de Ryanair este fin de semana para detener a un periodista incómodo para el régimen bielorruso se iba a quedar ahí, ha tardado 72 horas en darse cuenta de que el asunto ha escalado hasta el Kremlin.
Este jueves las autoridades rusas han rechazado autorizar los planes de sendos vuelos de Austrian Airlines y Air France con destino Moscú por evitar el espacio aéreo bielorruso en su ruta.