De los 900.0000 empleos destruidos en la última quincena de marzo, durante la crisis originada por el coronavirus en España, más de dos tercios eran temporales. En concreto, 613.250 trabajadores con contrato temporal, mientras que la merma de afiliados con contrato indefinido fue de 223.353 personas. El descalabro del empleo ha sido el mayor de la historia en un solo mes y deja en evidencia una vez más uno de los mayores problemas del mercado laboral español: la elevada temporalidad. Cuando la situación económica empeora, y más aún ante una crisis de este calibre, el ajuste del empleo llega de mano de los temporales, con la rápida destrucción de empleo de los trabajadores más vulnerables.
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