En sus más de 20 años como quiosquero del centro de Santiago, Carlos Olivos nunca había visto un interés tan repentino por la Constitución de Chile. Su pequeño negocio, ubicado entre el Paseo Estado y la calle Huérfanos, es uno de los muchos que, además de prensa y chucherías, se dedica a vender textos legales (Código del Trabajo, Ley de Tránsito, Ley de Rentas, etc.), algo muy común en el país y que llama la atención de los visitantes. "Desde hace dos semanas empezó este fervor por la Constitución", asegura el vendedor. Dice que antes vendía uno o dos ejemplares al día –"quizás en marzo un poco más, porque los estudiantes empiezan las clases y se lo piden"–, pero en los últimos días las ventas se dispararon a 20 o 30 ejemplares diarios.