Mélanie Vogel fue una de las primeras parlamentarias francesas en hacer campaña para que el derecho al aborto gozara de protección constitucional “para que nunca más pueda ser cuestionado en Francia”. Esta senadora del Partido Ecologista, representante de los franceses en el extranjero en la cámara alta, se define como “feminista, lesbiana y antirracista”, también como “pragmática y, por tanto, radical”. Ese pragmatismo le permitió, trabajando junto a un pequeño grupo de parlamentarias de distintos grupos políticos, vencer la resistencia en el Senado y lograr la aprobación del texto que consagra la “libertad garantizada” de las mujeres a interrumpir voluntariamente el embarazo en la carta magna.