Demandó a su empresa y todo lo que vino después ha sido "un calvario", califica Sonia (nombre ficticio), trabajadora de Servisa, funeraria del grupo de la aseguradora Ocaso. Primero, un despido disciplinario que ha sido tumbado más tarde por los tribunales como nulo, por violación de derechos fundamentales. Pero además Servisa filtró sus datos personales a la prensa, su nombre y apellidos junto a su afiliación sindical, cuando la trabajadora denunció de manera anónima su rebelión y la de otras empleadas contra el uniforme de las mujeres con falda y tacón alto en la funeraria.