La Cumbre entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) se celebra estos días en el primer mes de la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea. Una presidencia que puede ser clave para impulsar un proyecto europeo más ambicioso en lo social, inclusivo y especialmente multiactor. Una oportunidad para afianzar las relaciones con América Latina con la mirada puesta en el futuro hacia la resiliencia en materia de crisis climática y, además, priorizar las necesidades de la juventud, en un contexto de transición energética que demanda su presencia en la toma de decisiones sobre las políticas que afectará a sus vidas en las próximas décadas.