Ofensiva diplomática europea para intentar que Xi Jinping asuma un papel determinante que pueda poner fin a la guerra de Ucrania. El primero en acudir a Pekín fue Pedro Sánchez y después le ha tocado a Emmanuel Macron. Ambos tenían, además, importantes intereses comerciales. Macron ha viajado acompañado de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que mantiene un tono más duro y ha aprovechado su presencia en China para quejarse de los "desequilibrios" comerciales entre el gigante asiático y la UE que están obligando al viejo continente a llevar a cabo una estrategia de eliminación de riesgos para mantener una cierta autonomía estratégica.