El enigma Carson es indesvelable y nada indica que tenga intención de dejar de serlo. Cuando ganó el premio Princesa de Asturias en 2020, la pandemia impidió que se desplazase a Oviedo y su discurso de agradecimiento fue online y lacónico como acostumbra. En los libros se resume a sí misma con un escueto hecho biográfico: “Nace en Canadá y se gana la vida enseñando griego antiguo”. Tampoco añade su imagen a la solapa. Sin embargo, el jueves por la noche su efigie se materializó en persona en Madrid para dar una conferencia en el Museo del Prado en torno al Perro semihundido (1819), una de las más misteriosas y desasosegantes pinturas negras de Goya, a la que ella decidió asomarse desde una duda que según le explicó al auditorio nace etimológicamente en inglés de un término latino que coincide con “el tartamudeo”.
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