Ha pasado un año desde que, delante de millones de personas que lo veían desde sus casas, Will Smith se levantara en directo y pegara un bofetón a Chris Rock tras una broma del presentador sobre su mujer, Jada Pinkett Smith. Durante segundos el mundo se paró. Los Oscar nunca habían vivido un momento parecido. Una agresión en directo que continuó con Smith gritando desde el patio de butacas mientras el resto de invitados dudaban sobre si lo que estaba pasando era un gag preparado o el momento que había roto la ceremonia en trozos.