El Oscar a Joaquin Phoenix por su papel de Joker se convirtió, la madrugada del 10 de febrero, en uno de los pocos que sí cumplió todas las quinielas. El estadounidense se hizo con el Oscar al mejor actor por su trabajo en Joker, dejando sin estatuilla al también nominado Antonio Banderas por Dolor y gloria.
Phoenix aprovechó entonces para hacer un discurso lleno de reivindicaciones como, por otra parte, venía siendo habitual en su temporada de premios: en los Bafta atacó al "racismo sistémico" y afirmó que le daba "vergüenza ser parte del problema", también visitó un matadero tras ganar en los SAG del sindicato de actores, y hasta fue arrestado en una manifestación por el clima.