En filosofía griega se denomina akrasia, pero es más sencillo reconocerlo por el término que acuñó Bob Dylan, "el viento idiota", una fisura en la fuerza de voluntad que te lleva a actuar justo en contra de lo que te dicta el sentido común. Esa corriente destructora le ha servido también a Peter Kaldheim (Nueva York, 1950) para titular su libro de memorias y, al mismo tiempo, su debut literario a los setenta años.
Kaldheim era un editor de prestigio en la gran manzana cuando un flujo de viento idiota arrasó con su matrimonio y su carrera debido a una repentina adicción a la cocaína, que empezó a consumir en las fiestas de los sellos neoyorquinos.