Cuando publicó El silenciero (1964), Antonio di Benedetto (Mendoza, 1922-Buenos Aires, 1986) parecía escribir para nosotros, los lectores del futuro. Era su tercera novela, la segunda de lo que la editorial Adriana Hidalgo denomina la “trilogía de la espera”, después de Zama (1956), considerada su obra maestra, y Los suicidas (1969). Obras independientes que tienen en común un protagonista que vaga en busca de sentido.