Dicen que cuando un agricultor de la Asociación de Productores Orgánicos Demeter abona sus tierras, suele hacerlo en un proceso que poco tiene que ver con la tecnificación del sector primario. Según contaba hace unos días en sus páginas económicas el Frankfurter Allgemeine Zeitung, en otoño, sus productores agrícolas entierran un cuerno lleno de estiércol. Luego, a principios de año, lo desentierran, mezclan el estiércol restante del cuerno con agua y lo remueven. Primero giran la mezcla una hora en una dirección y luego la remueven en dirección contraria.
El resultado es esparcido en las tierras de cultivo en lo que el diario de Fráncfort presentaba como “un proceso fijado en la agricultura biodinámica y que, para los agricultores Demeter convencidos, es mucho más que abonar”.
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