Después de varios días de incertidumbre y tensión, en los que la comunidad internacional temió que el Gobierno de Benjamín Netanyahu lanzara un ataque de represalia ejemplar contra Irán, en la madrugada del viernes Israel llevó a cabo una ofensiva limitada y comedida, que transmitiera un mensaje claro pero a la que Teherán no se viera obligado a responder. Tel Aviv no confirmó oficialmente que estuviera detrás de las explosiones que se registraron en los cielos de Isfahán, en el centro de Irán, pero nadie duda de que sea así.