Autoridades de Competencia de numerosos países han multiplicado en los últimos días las alertas e investigaciones sobre posibles abusos en los sectores sanitario, de la distribución alimentaria y el comercio electrónico, mientras proliferan las llamadas a la "responsabilidad" a las empresas para que no aprovechen la crisis del coronavirus para encarecer productos de forma abusiva o pactar precios.
El miércoles, el Conselho Administrativo de Defesa Econômica (Cade) de Brasil, el país latinoamericano más afectado hasta ahora por la epidemia, anunció la apertura de una investigación ante la sospecha de que "empresas del sector sanitario pueden estar aumentando los precios y sus beneficios de forma arbitraria y abusiva" y requirió información de forma urgente a hospitales, laboratorios farmacéuticos, farmacias, distribuidores y fabricantes de máscaras quirúrgicas y geles desinfectantes, entre otros.