Singapur, con solo cinco millones y medio de habitantes, acaba de superar la barrera de los 10.000 contagios y es ahora el país del sudeste asiático con más casos por delante de Indonesia, que tiene casi 300 millones de habitantes, o Filipinas, con 150 millones. A pesar de que los fallecimientos por la COVID-19 se mantienen bajos –solo 11 desde el inicio de la crisis a principios de febrero–, para un país que en los primeros momentos fue puesto como ejemplo de superación y control de la crisis, pasar la barrera de los 10.000 infectados ha supuesto un batacazo moral.
Lo que han denominado el "cortocircuito", evitando utilizar la palabra confinamiento, empezó el 7 de abril y estaba previsto hasta el 4 de mayo, aunque ciertas medidas ya se habían implementado anteriormente.