Ursula von der Leyen fundió la batería de las calculadoras en las últimas semanas haciendo las cuentas de los apoyos que podía tener en la Eurocámara para seguir al frente de la Comisión Europea. Cada voto contaba y la alemana lo tenía presente porque su candidatura había salido adelante en 2019 por tan solo nueve ‘síes’ más de los que necesitaba. Un resultado muy ajustado que, en esta ocasión, acabó en una mayoría más holgada gracias al apoyo de Los Verdes, pero la alemana tuvo que remangarse.