El primer día, fueron decenas de miles. Una semana después, volvieron a reunirse en el mismo lugar. Y así durante meses. Convocados por organizaciones sociales sin vinculación con el Gobierno de Gaza, los palestinos se dirigieron desarmados a la valla fronteriza con Israel en 2018 para exigir sus derechos y negar que estuvieran condenados a vivir en una prisión de 360 kilómetros cuadrados. Lo llamaron la Marcha del Retorno.
Fueron recibidos con fuego real. Disparos de fusil. Balas explosivas. Balas de caucho. Gases lacrimógenos. 223 palestinos fueron eliminados entre marzo de 2018 y diciembre de 2019.
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