En verano del año pasado, la llamada Ley Rider cumplía su primer aniversario y no lo hacía en su mejor momento. Uber Eats se sumaba a Glovo en el desafío de la norma y volvía a repartir con autónomos. Tras varios avisos de Trabajo de que sería "implacable" para hacer cumplir la norma, Yolanda Díaz anunció en septiembre que llevaría a las compañías "rebeldes" ante la Fiscalía para que fueran juzgadas en los tribunales de lo penal por posibles delitos contra los trabajadores.