Urge culminar la unión bancaria. Es el mensaje que periódicamente se escucha en el seno de la UE. La última vez que se escuchó el clamor fue en plenas turbulencias financieras tras la caída del Silicon Valley Bank, el colapso del Credit Suisse y el posterior desplome (temporal) del Deutsche Bank. Los dirigentes europeos se conjuraron para espantar el fantasma de la crisis y, unas semanas después del terremoto, Bruselas presenta una reforma del marco de gestión de crisis y garantía de depósitos (CMDI) que tenía pendiente.