Los flujos del comercio mundial se han normalizado en las últimas semanas. La principal razón es la reapertura definitiva de la economía de China, tras la decisión de acabar con la política 'cero COVID' desde finales de 2022.
La principal consecuencia es una menor presión para los precios en general al desatascarse del todo (o casi) algunos de los principales puertos y fábricas del mundo. Es decir, se han acabado los problemas en la oferta no energética, conocidos como cuellos de botella.