Parece raro que con la que está cayendo no haya sátiras políticas estrenándose cada semana. Los representantes y las instituciones dan cada día material para que los guionistas tengan el teclado echando humo. Para ello también hacen falta productores que quieran meterse en asuntos espinosos, porque lo de criticar a las élites siempre escuece un poco. Es más fácil atacar a los ‘ricos’, en genérico, que poner rostro y cuerpo a los que generan el sistema donde esos ricos se mueven como peces en el agua.
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