Es domingo por la mañana y todo permanece en silencio en la Casa del Teatro, un edificio situado en la histórica alcaldía de Coyoacán, al sur de la Ciudad de México. Poco a poco, varias mujeres van traspasando el portón y el espacio se llena de saludos y risas. Algunas han viajado dos horas en transporte público, en su único día de descanso, para llegar al ensayo. Todas tienen dos cosas en común: desde hace años, se dedican al trabajo doméstico en casa ajenas.