Siempre impresiona pensar que un nacimiento sea la cuenta atrás de un final. 1901 fue el primer año de un siglo ya muerto. Hasta aquel 1 de enero, no hubo la misma hora para toda España. Mejor dicho, no para toda, puesto que la administración se olvidó de las Islas Canarias. Fue entonces cuando nuestro país adoptó el meridiano de Greenwich como referente temporal. Antes, había costado romper con que cada ciudad tuviera una hora en función de la altura del sol. Ya solo para tener claro cuándo pasaba un tren por tu estación era un incordio, así que se unificó la hora con la de Madrid hasta el citado primer año del siglo XX.