Cuando Putochinomaricón lanzaba en 2018 su álbum Corazón de cerdo con ginseng al vapor, el género del hyperpop apenas tenía hueco en la industria musical española. Moviéndose siempre en la escena más underground, eran pocos los artistas que encabezaban entonces en el país un movimiento traído del pop más exagerado del Reino Unido y Estados Unidos, que bebía de la electrónica, del speed up —sonidos acelerados—, de la máquina, de las voces distorsionadas y del juego entre la música y lo digital. A día de hoy el hyperpop tiene ganado su terreno en España pero sin alcanzar lo mainstream, la escena se ha reconvertido y los valores parecen haber cambiado.
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