A veces una sola imagen contiene una película. Por ejemplo, la de dos mujeres a orillas de un río. Tienen las uñas pintadas de rojo y están durmiendo. En esas dos personas, todavía sin nombre y sin pasado, Victor Iriarte sabía que había una historia. Solo había que descubrir cuál. La imagen nació hace cuatro años, y se quedó clavada en su cabeza. Casi al mismo tiempo comenzó “una serie de lecturas y conversaciones con amigos sobre la historia de España reciente y el caso de los bebés robados”.