Las dos mayores petroleras de Estados Unidos, Exxon Mobil y Chevron, redujeron notablemente sus beneficios en 2019, un año marcado por la fluctuación en los precios del crudo y la desaceleración económica, que han afectado a los negocios y la demanda de estas grandes productoras.
La número uno, Exxon Mobil, cerró el ejercicio con un 31 % menos de beneficios, hasta los 14.340 millones de dólares, y vio descender su facturación anual un 9 %, hasta 264.938 millones, con notable debilidad en el área de refinados del petróleo en combustibles como la gasolina y el diesel, conocidos como "downstream".
"Nuestras operaciones fueron bien, pero la longitud de suministro a corto plazo del 'downstream' y el negocio químico han impactado los márgenes y resultados financieros", dijo el máximo ejecutivo de la firma, Darren Woods, quien hace un par de años propuso un plan de gasto para mejorar beneficios y producción que no acaba de cuajar.
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