En los dos últimos años, las multinacionales se han acostumbrado a tener que lidiar con los problemas en las cadenas de suministro. Sin embargo, que ya sepan lidiar no significa que sus estrategias no se vean afectadas. Así está ocurriendo con las compañías especializadas en el transporte marítimo internacional y con los grandes grupos que venden y, sobre todo, que compran en el sudeste asiático. El último factor de incertidumbre es la crisis bélica en el Mar Rojo y, en consecuencia, el desplome en las operaciones por el Canal de Suez.