La pandemia del coronavirus no solo ha dado un vuelco a la política interior de los países, sino que está generando un conflicto entre los estados afectados por hacerse con los recursos sanitarios disponibles.
Impera la ley del más fuerte para lograr el aprovisionamiento de mascarillas y demás productos sanitarios necesarios para hacer frente a la creciente epidemia de COVID-19. Y para ello, se recurre a compras a proveedores sin homologación, la confiscación de material destinado a otros países e incluso subastas a pie de pista.
Este miércoles, el presidente de la región Gran Este, Jean Rottner, denunciaba que Estados Unidos está comprando, en la propia pista de aterrizaje de los aeropuertos chinos, las mascarillas adquiridas por el Gobierno francés.